Por: Gabriela Acosta / Foto: Agencias
Grecia es referente en la Historia Universal al ser una de las culturas más antiguas. Su arquitectura es imán para quien busca testigos de lo que sucedió hace miles de años y que hoy se ha fusionado con las páginas de la actualidad. Sin embargo, Grecia también posee paisajes naturales memorables debido a la ubicación en la que se encuentra, entre las costas del Mar Egeo y el Mar Jónico.
Dentro de estos paisajes está Mykonos, un paraíso que nadie se resiste a conocer. Enclavado en el centro del Archipiélago de las Cícladas, entre las islas de Tinos, Delos, Siros y Naxos, rincón que es conocido por la seducción de su ciudad y sus hermosas playas, lo que ha hecho que gane el mote de la “Ibiza de Grecia” ya que en verano e invierno, toda la isla se inunda de música electrónica, de fiesta y de turistas que llegan de todo el mundo para disfrutar sus playas nudistas, y algunas otras que son símbolo de la libertad de género.
Y aunque su ambiente es lo más atractivo para los visitantes, la ciudad ofrece también la oportunidad de tener un descanso al mostrar sus encantadoras calles que forman laberintos y que llevan a barrios donde parece llegar a Venecia, y otros donde aún quedan restos de castillos.
No se puede ver a Mykonos sin sus molinos de viento. Aún se conservan siete de los veinte que existieron en el siglo pasado. Geronymus y Boni son dos de los que pueden visitarse por dentro para conocer sus plantas y funcionamiento.
Esta isla constituye el complemento perfecto para viajes en los que se planee visitar otras ciudades por lo accesible de su conexión en ferrie y porque su aeropuerto conecta con las principales urbes europeas. Así que ya sabes, si buscas una mezcla entre el romanticismo de Santorini y la cultura de Atenas, la fiesta en Mykonos es la mejor opción.
