Por: Ibania Cortés / Foto: Fabián de la Vega
Enamorados, unidos y tras consolidar un noviazgo de inolvidables experiencias compartidas, es como llegó el gran día para Alanís Tobín Malo y Alejandro Emiliano Domínguez Yáñez, quienes el pasado 10 de julio se casaron en la ciudad de Querétaro.
Luciendo un hermoso vestido que acentuaba su figura y con una sonrisa en su rostro, fue que Alanís llegó al Templo de Santa Rosa de Viterbo del brazo de su padre; Felipe Tobín Cunningham, que contento de ver a su hija llegar a este momento, la acompañó al altar para encontrarse con su prometido; Emiliano Domínguez Yáñez, quien ilusionado la esperaba para llevar a cabo su enlace matrimonial a través de una ceremonia religiosa católica que fue oficiada por el padre Carlos Hernández.
Al concluir misa, los recién casados recibieron felicitaciones y un cálido aplauso de sus invitados por unir sus vidas para siempre e iniciar una nueva etapa con su hija Mar, que siendo el fruto de su amor llegó hace unos meses para hacerlos más felices y consolidar su hermosa familia.
“Agradezco a Dios y a la vida por permitirnos a Emiliano y a mí celebrar nuestra boda y compartir este momento con nuestra hija y seres queridos” expresó con emoción Alanís.
Un poco después y con el corazón feliz, Alanís y Emiliano se reunieron con sus invitados en una elegante recepción para celebrar su anhelada boda, en la que se degustó un exquisito menú de cuatro tiempos: ensalada caprese, crema de quesos, filete de pescado a las hierbas finas y filete de res en salsa de estragón. De postre se sirvió volcán de chocolate y crocante de almendra.
“Me siento muy feliz y agradecido con Dios por haber puesto en mi camino a Alanís, la mujer que amo y elegí para compartir mi vida, quien me ha dado el regalo más grande; nuestra hija Mar”, compartió Emiliano.
Finalmente y tras bailar como vals “Canta corazón” de Alejandro Fernández, los recién casados agradecieron a sus padres, familiares y amigos por haberlos acompañado en un día tan especial que recordarán por siempre.